¿Has visto alguna vez una camada de animales recién nacidos amamantándose de la madre o comiendo de un tazón común? Parece haber siempre unas pocas crías que son un poco más grandes o más agresivas, apartando a los hermanos más pequeños para tomar más alimento, ¿no es cierto? A veces suceden pequeñas peleas repentinas cuando están comiendo...¡BUFAN! ¡LADRAN! ¡CHILLAN! Esta es la rivalidad entre hermanos en la forma más elemental. Los animales están compitiendo entre sí por alimento porque sólo hay una cierta cantidad.
Obviamente, tú y tus hermanos y hermanas no son lo mismo que los animales, y es de esperar que no tengas que temer de que no haya más comida. Pero HAY algo por lo que los hermanos y hermanas sienten que tienen que competir, y eso es AMOR.
A diferencia de la comida, el amor no debería acabarse. En un mundo perfecto los adultos deberían ser capaces de dar una cantidad inagotable de amor a los niños bajo su cuidado. A veces, sin embargo, lo que importa no es cuánto amor ellos les dan, sino cómo lo demuestran. Las dos maneras más importantes como un padre o tutor muestra amor por un niño son:
1. ATENCIÓN: La cantidad de tiempo que un padre puede pasar contigo, y la calidad de ese tiempo.
2. ACEPTACIÓN: El aprecio, felicidad u orgullo que un adulto muestra hacia lo que tú haces. Alguien puede hacer esto a través de palabras de elogio, como al decir «¡Buen trabajo!», o dando regalos como juguetes, ropa, dinero o libertades especiales.
Eres un individuo. No eres exactamente la misma persona que tu hermano o hermana. Debido a esto, los adultos de tu familia pueden dar diferentes clases de atención y aceptación a diferentes hermanos.
Toma por ejemplo a Sabrina y a Bobby. Sabrina tiene problemas en la escuela, de tal manera que su mamá pasa una hora cada noche ayudándola con las tareas. Bobby es un prodigio con las tareas, pero está tratando de mejorar en fútbol, así que él y su papá pasan un tiempo cada fin de semana dándole patadas al balón. Sabrina se siente herida a veces porque su papá no hace eso con ella, y Bobby siente que si alguna vez necesita ayuda con las tareas, su mamá no tendrá tiempo para él.
Cuando a Sabrina le va bien en una prueba de ortografía, sus padres dan una gran demostración de aprecio. Bobby se siente celoso porque ellos nunca hacen eso por él. Cuando Bobby anota un gol en el partido de fútbol, Mamá y Papá se vuelven locos… y Sabrina siente esto como una bofetada porque ella nunca ha anotado un gol en nada.
A pesar de que sus padres les están dando a ambos atención y aceptación, Sabrina y Bobby se encuentran en una clásica ¡rivalidad entre hermanos!
A continuación: ¡El monstruo de los celos!
Anterior