compañías (es como tener a otra persona con la que hablar). Y, si mi hermano está en casa y no deja de meterse conmigo, hacemos un trato. Primero jugaremos a lo que él quiera y después jugamos a lo que yo quiera. De ese modo, los dos hacemos lo que queremos. Y no te preocupes si te da un poco de miedo. Recuerda que siempre hay alguien a quien puedes llamar por teléfono y también tienes la puerta de tus vecinos.
De Leah
Cuando empecé a quedarme sola en casa, me di cuenta de que tener encendida la TV o la radio hacía que pareciese que la casa estaba más llena. También tenía siempre los números de teléfono de los vecinos y de mis padres, en caso de emergencia. Cuando me quedaba a cargo de mis hermanos más pequeños, jugaba con ellos y dejaba encendidas más luces de lo normal. También tenía a mi lado los números de teléfono de los médicos.
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