• El caso de cada uno no es igual al de Andy. Cada estudiante y cada maestro es diferente. Lo importante es no aterrorizarse, no enfadarse demasiado y encontrar una manera inteligente de arreglar la situación.

• No es lo suficientemente bueno decir «¡Mi maestro me detesta!» y luego molestarse por eso. Depende de ti y tus padres averiguar exactamente lo que ha estado pasando y luego hallar una manera de mejorar las cosas.

• Si una reunión no arregla las cosas, tus padres pueden ponerse en contacto con el director u otra autoridad en la escuela para tratar de preparar un plan que sea lo mejor para todos.

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Agradecemos su contribución a este tema a la siguiente expertà: Josephine Schiff, Trabajadora social de la escuela, Nueva Jersey.