Te preocupa que el bravucón quiera desquitarse si le dices a la maestra lo que él está haciendo, así que haces lo mejor posible para terminar la prueba. Cuando se la entregas a la maestra, ella marca casi todas las respuestas como incorrectas. —Me esperaba más de ti —dice ella. Los demás oyen y empiezan a cuchichear. Quieres dar una explicación acerca de lo que pasó, pero estás muy apenado para hablar. Lo peor de todo es que has desencantado a tu maestra favorita.

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