Es la hora de la clase de gimnasia y lo único que puedes esperar es que este lunes de espanto empiece a volverse mejor. Todo parece bien cuando te recogen temprano para jugar baloncesto. Hacia el final del partido están empatados y te encuentras con el balón debajo de la cesta. Todos los niños de tu equipo te gritan para que encestes fácilmente y ganen el partido. Estás en verdad bajo presión y ¡todos te están mirando!
Tú:

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