En lugar de ello, tómate un tiempo para examinar de qué se trata esta pelea.

Si de repente un amigo o una amiga ha empezado a ignorarte o a comportarse como si no quisiera seguir siéndolo, es muy, muy importante que pienses qué está pasando antes de que trates de hablarle.

Éstas son algunas preguntas que puedes hacerte:

¿Cómo empezó la pelea?
Reflexiona acerca del Quién, el Qué, el Dónde y el Cuándo de la pelea. ¿Quiénes están involucrados? ¿Qué sucedió? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo sucedió?

¿Quién parece haberla empezado?
No respondas a esta pregunta como una forma de culpar a alguien. Tal vez parezca que hayas empezado tú, o tal vez lo hiciera tu amigo o amiga. Incluso podría parecer que ninguno de ustedes empezó la pelea o que ambos tengan partes iguales de culpa. Sea cual fuere la respuesta, te va a ser útil para saber más sobre la situación.

¿Ha hecho alguno de los dos cosas que han empeorado la situación?
Lo que hacemos o decimos después de que empieza una pelea puede hacer que las cosas mejoren o empeoren. Reflexiona sobra la manera en que se comportaron tú y tu amigo o amiga después de que empezaran a pelear.

¿Estoy básicamente enojado con mi amigo o amiga por algo que ella o él hizo, o estoy principalmente triste porque estamos peleando?
Trata de aclarar exactamente lo que sientes. ¿Estás enojado? ¿Celoso? ¿Apenado? ¿Te sientes frustrado? Tus emociones, ¿provienen principalmente de lo que provocó la pelea o, en principio, porque están peleando?

Mi amiga, ¿parece principalmente enojada o triste?
A juzgar por lo que ves u oyes, ¿cuáles son las emociones de tu amiga? ¿Parece como si quisiera que la pelea continúe, o parece estar buscando una forma de reconciliarse?

¿Tuvimos la oportunidad de mejorar las cosas, pero la dejamos pasar porque todavía estábamos demasiado enojados?
Quizás sientas que tienes el derecho de seguir enojado con tu amigo y, dependiendo de la situación, podría ser así. Pero ¿has dejado pasar oportunidades de reparar una amistad importante sólo porque quieres seguir aferrado a tu enojo?

La razón por la que empezamos a pelear, ¿es suficiente para seguir peleando por ella, o seguimos peleando por la pelea misma?
Las discusiones pueden tener vida propia, y pueden seguir después de que la verdadera razón para discutir haya dejado de ser importante. ¡Algunas veces los amigos que pelean no pueden siquiera recordar por qué empezaron a pelear! ¿Están enojados tú y tu amigo entre sí sólo porque eso se ha transformado en hábito?

Ahora que te has analizado tus propios pensamientos y emociones, es momento de que Hablemos.