Vuelas como un campeón de carreras y haces todo lo posible por alcanzar el autobús de la escuela. Los niños de la silla de atrás gritan y te hacen señas y pareciera como si el autobús ¡desacelerara para recogerte! De repente, tus tenis pisan un terreno fangoso. ¡PAF! Te caes de cabeza en un gran lodazal.
El conductor trata de no reírse cuando te subes al autobús, pero los otros niños no son tan amables. Parece que creyeran que tus ropas pegajosas y mojadas son la cosa más chistosa que hubieran visto.

Envía esta página a un amigo