Entras a la ducha… y te golpea un chorro de agua helada. Tu hermano mayor se ha gastado de nuevo ¡toda el agua caliente!
Brrrr… estás tiritando y temblando bajo el agua helada mientras te prometes que vas a encontrar una manera de desquitarte de tu hermano. Te vistes sin tener tiempo para secarte el cabello, tomas tu bolsa de los libros y sales corriendo por la puerta hasta el paradero del autobús.

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