PBS Kids GO! It's My Life
Cuando la familia se muda: De los consejeros

De Danielle
Una de mis mejores amigas se muda a Seattle y realmente la voy a extrañar. Ella es una de mis compañeras de baile y va a ser muy difícil tomar clases de baile sin ella. Yo se que ella también está muy triste por la mudanza pero está entusiasmada imaginándose la vida que va a llevar en Seattle. Voy a ir a visitarla en algún momento y ella va a venir a visitarme a mi. Ella me dio su nueva dirección y su número de teléfono y ¡planeamos escribirnos correos electrónicos todos los días! A pesar de que es triste que ella me deje, estoy feliz de que haga nuevos amigos y de que lleve una vida nueva y diferente a la que hubiera llevado aquí.

De Tiffany
Me he mudado varias veces (que puedo recordar), una cuando estaba en tercer grado y una cuando estaba en sexto grado. Cuando me mudé en tercer grado fue de Nueva Jersey a Pennsylvania. Al comienzo, estaba feliz de mudarme porque iba a conocer nuevas personas, vivir en un nuevo vecindario y a comenzar en una nueva escuela. No hasta mi último día de escuela en New Jersey cuando comencé a llorar y a sentirme triste por que me di cuenta cuánto extrañaría a mis profesores, amigos y vecinos. Cuando me mudé de una sección de Filadelfia, PA a otra, no me sentí para nada triste de dejar mi antigua escuela. No es que no fuera a extrañar a mis amigos pero creo que simplemente estaba lista para un cambio social. Conocí muchos nuevos amigos en mis primeras semanas de escuela y pude madurar con ellos. Nunca estuve realmente triste de dejar mis antiguos vecindarios. Estaba solamente triste de dejar mis antiguas casas. Pero para evitar llorar, siempre pensé en lo que traería el mudarme, todas las experiencias buenas que tendría en mi nueva escuela y casa. Después de hacer amistad con personas de mi clase y de mi cuadra, les preguntaba acerca del vecindario pues ellos habían vivido allí por más tiempo que yo.

De Joyce
Debido a que mi papá ha estado enseñando en el mismo colegio desde que yo tenía 3 años, nunca nos hemos mudado del pueblo. Me he mudado dos veces pero sólo a una distancia que se puede recorrer caminando. Pero eso no significa que no me sienta triste de dejar atrás cierto lugar, ese lugar al que llamé hogar por años, donde aprendí a dar volteretas o aprendí a jugar ping pong contra la pared. Mi hermana y yo todavía nos recordamos la una a la otra esos días en nuestras antiguas casas y de vez en cuando camino por ahí sólo para ver como están y cómo son los nuevos habitantes. Creo que nadie debería tratar de vivir en el pasado pero si existe la oportunidad, una visita a tu antiguo lugar es algo realmente especial. Te ayuda a darte cuenta de que realmente han sucedido cosas maravillosas en tu nuevo lugar y te ayuda a aceptar toda la situación.tud positiva.

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