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| Cuando la familia se muda: Ver el lado positivo
«Me mudé y debido a esto perdí el control y lloré. Pero ahora he hecho muchos amigos donde vivo.» «Hace tres años me mudé de Nueva York a San Francisco. Fue difícil al comienzo pero ahora estoy acostumbrada a ser la única niña judía de la clase.» «Me mudé. Extraño a mis amigos pero fue una experiencia nueva maravillosa.» «Me vine de otro país cuando estaba en cuarto grado. Ahora voy para noveno grado y me siento muy orgullosa de mi misma por ¡hacer amigos y mantenerlos!» Mudarte puede hacerte sentir que tu vida está a punto de te despedazarse y que nunca vas a volver a ser feliz. Pero todo el proceso se hace MUCHO más fácil si piensas positivo, y es importante estar preparado mentalmente antes de decir el primer adiós o empacar la primera caja. He aquí algunos consejos: Trata de no temerle al cambio. El cambio te puede dar miedo, seguro, pero también puede ser ¡emocionante! Al igual que ponerte un par de zapatos nuevo es más divertido que ponerte un par viejo, y que un videojuego nuevo es más emocionante que uno que ya has jugado un millón de veces, mudarte a un lugar diferente significa sentimientos, oportunidades y experiencias nuevas. Piensa en algunos de los cambios que han tomado lugar en tu vida hasta ahora, como pasar de un grado a otro o comenzar a usar gafas, y cómo esos cambios hicieron que las cosas fueran peor, mejor o ambas. Probablemente encontrarás que las cosas que salieron bien tuvieron más peso que las malas. Sé un aventurero. Trata de ver la próxima mudanza como una aventura. Lara Croft e Indiana Jones no tienen miedo de ir en busca de nuevos lugares y de conocer nuevas personas, así que ¿por qué deberías tenerlo tú? Cuando te mudas, hay un panorama completamente nuevo que explorar. Te abre un poco más al mundo y te ayuda a experimentar cosas acerca de las cuales sólo has leído o de las que ni siquiera nunca has escuchado hablar. Tu actual hogar es un gran lugar… pero ¿qué tan aburrido sería quedarte ahí por siempre? Cambiar de negativo a positivo. Cuando recibas la noticia de que tu familia se va a mudar, podrías disgustarte o enojarte, y probablemente comiences a pensar en todas las cosas que vas a extrañar del lugar en que vives. Si te encuentras concentrándote en pensamientos negativos trata de cambiarlos a positivos. He aquí algunos ejemplos:
Positivo: «Definitivamente no voy a extrañar espalar la nieve del camino al garaje durante el invierno y tendré la oportunidad de ir a nadar ¡casi todo el año! Cuando sienta la necesidad de esquiar, talvez podamos ir de vacaciones a las montañas.»
Negativo: «Realmente voy a extrañar a mis amigos y los partidos de fútbol que jugamos en el patio. Nuestra nueva casa es en la ciudad y ni siquiera tiene un patio, ¡solo un balcón grande!» Aclarar las cosas. Asegúrate de comunicarte abiertamente con tus padres, no sólo acerca de los detalles de la mudanza (como cuándo será y cómo prepararte) sino también acerca de tus emociones. ¿Estás nervioso? ¿Enojado? ¿Asustado? ¿Emocionado? ¿Confundido? Todos en tu familia pueden estar experimentando el mismo estado de ánimo o uno similar. Las cosas pueden agitarse pero trata de sentarte con uno de tus padres para hablar acerca de cómo te estás sintiendo. Ayuda el escribir preguntas e ideas a medida que las tengas, de tal manera que puedas estar seguro de que todo quede cubierto. He aquí más consejos de los lectores de EMV:
http://pbskids.org/itsmylife
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