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Cuando la familia se muda: La historia de Katie

Son 2,300 millas, y una gran diferencia, entre Woodstock, Georgia y Beverly Hills, California. Katie de 13 años de edad, se mudó con sus padres… ¡y vivió para contarlo! Hablamos con Katie antes y después de la mudanza para obtener la historia completa.

Antes

Katie vivió en Woodstock desde que tenía 3 años y no recuerda vivir en ningún otro lugar. La idea de mudarse a California comenzó con la mamá de Katie, quien quería más oportunidades para que Katie se dedicara a sus dos grandes pasiones: el arte y el drama.

—Creí que era una buena idea… en teoría —dice Katie. Pero debido a que su mamá le habló acerca de la mudanza con más de seis meses de anticipación, no parecía que fuera verdad para ella. —Cuando eres niño, seis meses son mucho tiempo. La idea de mudarse realmente dio en el blanco cuando la familia fue a Los Ángeles a buscar apartamento. —Fue muy extraño —dice Katie.

Cuando la mamá sugirió mudarse, Katie tuvo muchas preguntas y preocupaciones. Se preguntaba si tendría amigos en California y si podría o no visitar a sus amigos en Georgia. —En sexto grado comienzas a hacer los amigos que probablemente tendrás para el resto de la vida, y en febrero tuve un novio por primera vez y eso es algo muy especial.

Para manejar la tristeza que sentía al tener que dejar a sus amigos, Katie a menudo contó con su mejor amiga, Natalie. —Necesitaba alguien con quien hablar sobre eso que no fueran mis padres —dice Katie.

Otra gran preocupación era qué pasaría con la gata de Katie. —Podré conservar mi gata, era realmente una gran pregunta —explica Katie— porque el aviso del nuevo apartamento dice NO MASCOTAS. Pero después de varias discusiones, ¡finalmente logramos conservarla!

A Katie también la preocupaba el tamaño del nuevo apartamento. Ella había crecido en una casa grande, y a pesar de que su cuarto en California era más grande del que tenía en Georgia, en general su nuevo hogar es mucho más pequeño. ¿Extrañará ella todo el espacio?

El lado positivo es que Katie está muy entusiasmada por comenzar la escuela en Los Ángeles. —Estoy muy feliz. Allá, el escenario y las computadoras son impresionantes. Tienen dos laboratorios para computadoras, uno para cosas que necesiten conexión rápida de Internet y ¡otro laboratorio lleno de computadoras I-Mac para cosas de arte!

Al comienzo, Katie estaba preocupada que fuera difícil llevarse bien con los jóvenes de Los Ángeles. —Algunas de las personas de Georgia que no querían que me fuera me dijeron que todos los jóvenes allá serían estirados y en verdad ricos. —Pero cuando Katie visitó su nueva escuela, encontró que los jóvenes que conoció eran muy amables con ella—. Vinieron hasta mi, se presentaron y se ofrecieron para recorrer la escuela. En cuanto a los «estirados», tienes esa clase de jóvenes en todas las escuelas —dice Katie.

Ella además está deseando el clima templado de California. —El clima en Georgia tiene veranos muy calientes e inviernos bajo cero. Y odio los inviernos aquí.

Sin embargo, Katie está nerviosa por la mudanza. ¿Será feliz en una ciudad grande? ¿Podrá hacer nuevos amigos? ¿Extrañará demasiado su vieja casa y sus viejos amigos?

Hablamos con Katie después de la mudanza ¡para enterarnos de las respuestas a estas preguntas!

Después

Han pasado varios meses y Katie ya esta adaptada a su nueva vida en California. En algunos casos, la transición ha sido más difícil de lo que pensó pero en otros ha sido más fácil.

Hacer nuevos amigos, por ejemplo, no ha sido tan fácil pero Katie se las ha arreglado para lograrlo. Antes de que el año escolar comenzara, atendió al programa de drama de verano, donde encontró algunas dificultades para integrarse. Katie explica: —Los chicos decían cosas como «Estúpida niña de Georgia. ¿Conoces a alguien que se haya casado con el primo? ¿Te gustan los duraznos? Tu acento es del sur.»

Una vez en la escuela, Katie encontró que los jóvenes eran realmente amables con ella, al igual que como habían sido cuando ella vino meses antes. Pero esta simpatía no se convirtió en una amistad verdadera de inmediato. —Después de una semana en la escuela ellos actuaban como «Está bien, mi trabajo terminó, no tengo que ser amable contigo más.» —dice Katie—. Y pasas por este largo periodo en el que no tienes amigos. Te toma un tiempo salir de eso y conseguir tus propios amigos.

Katie se dio cuenta de que tenía que esforzarse para conocer gente y tuvo la idea de sentarse con chicos durante el almuerzo. Puesto que también otras chicas querían sentarse con los chicos, muy pronto Katie llegó a conocer muy bien tanto a las chicas como a los chicos. Con el tiempo hizo amistades, incluida una amistad cercana con su compañera Jessica.

Acostumbrarse a la nueva escuela tomó tiempo. —El primer día de escuela estaba muy confundida, no sabía dónde estaba nada y llegué tarde a todas las clases. No conocía a nadie —dice Katie. Pero en general, ella está muy contenta en la escuela, ésta ofrece muchos programas que su antigua escuela no ofrecía, como drama.

Katie también está feliz de que en su nueva escuela haya una mezcla étnica y cultural mas amplia. —En mi antigua escuela, yo era una de las dos personas judías —dice ella—. Invertí mucho tiempo explicándole a la gente por qué no tenía un árbol de Navidad. Eso era fastidioso. Y ahora los chicos dicen, «Yo sé todo eso así que no me lo tienes que explicar».

¿Qué pasa con los amigos que dejó? Bueno, decir adiós fue difícil pero Katie sobrevivió. Lo difícil fue romper con su novio en Georgia. —Rompimos un día antes de yo partir porque me iba y no quisimos hacer la prueba y permanecer juntos —dice ella.

En cuanto a los otros amigos de Georgia, Katie todavía permanece en contacto. —Yo solía llamarlos todos los días y escribirles todo el tiempo pero ahora eso ha cambiado —explica ella—. Todavía los llamo cuando tengo noticias grandes pero también los llamo cuando simplemente siento que quiero hablar con ellos. Y con mensajes instantáneos y correo electrónico, no es como si les tomara tres días recibir mis noticias.

¿Recuerdas cuán preocupada estaba Katie de que su apartamento en California fuera muy pequeño? Eso terminó no siendo un gran problema. —Creí que estaríamos apretujados porque el apartamento es mucho más pequeño que la casa de Georgia, y ahora me doy cuenta que no NECESITABA todo ese espacio. Es compacto y más eficiente —dice ella.

El gran paso de Katie no siempre fue fácil pero ella cree que valió la pena. Se adaptó a una vida feliz en California y le va muy bien en la casa y en la escuela. —Este va a ser el hogar —dice ella acerca de Los Ángeles—. Nunca me siento a pensar ¿por qué me mudé?, yo quiero estar en Georgia. ”

La historia de Katie es la prueba de que a pesar de que habrán muchas pequeñas situaciones difíciles y tropiezos a lo largo del camino, puedes sobrevivir la mudanza siempre y cuando tengas paciencia, un plan y una actitud positiva.

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