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Fumar: De los consejeros

De Tiffany
Yo fumé, pero aprendí mi lección. Mi mamá me dio un cigarrillo de la cajetilla. Me preguntó si alguna vez había pensado en fumar. Le dije que sí y me preguntó por qué. Probablemente dije que fumar estaba en la onda y que yo conocía adultos que fumaban de modo que debía ser chévere. Prendió el cigarrillo y me dijo que fumara. Por supuesto lo aspiré y empecé a toser. Tomó el cigarrillo, lo apagó y me palmoteó la espalda. Me dijo cómo, si yo fumase de nuevo, olería mal, mis dientes se volverían horribles y yo tosería como en ese momento, y cómo me verían mis amigos como una tonta. Así que nunca me dieron deseos de fumar y desde ese día siempre recuerdo la experiencia. Si estás tratando de resistirte a fumar, debes saber que no es tan divertido como parece. No te vuelves popular por fumar. Tu ropa y tu aliento huelen a humo de cigarrillo y nadie quiere sentir ese olor. Después de fumar durante un corto tiempo, te vuelves adicto. Con el precio de los cigarrillos tan alto, nadie puede darse el lujo de ser un fumador, además de que arriesgas tu salud. Por si fuera poco, mucha gente está tratando de volver ilegal fumar en los sitios públicos, de modo que el único lugar en que podrías fumar sería tu casa y no mucha gente puede estar en la casa todo el día para fumar. Así que, sencillamente no comiences. No vale la pena.

De William
Yo fumaba antes. Sólo lo hice un par de veces simplemente por curiosidad acerca de lo chévere que eran los cigarrillos. Tengo que contarles esto: saben mal, te marean y después de un tiempo empiezan a afectarte el cuerpo. La mejor manera de resistir la presión de tus amigos para que fumes es no andar con esos jóvenes que fuman. Si tienes que estar con ellos, sé fuerte y di no. Piensa que la mayoría de jóvenes de Estados Unidos no fuman y no se drogan, así que el hecho de que no fumes no es extraño. Créeme, tú eres chévere sin necesidad de cigarrillos.

De Jenna
Yo probé el cigarrillo una vez con un pequeño grupo de amigos. Todos lo hicimos porque teníamos curiosidad. No teníamos la intención de empezar, sencillamente queríamos ver qué era el alboroto. Me gustó haberlo probado porque maté la curiosidad. Tosí mucho, me ardió la garganta y me sentí atontado. Me fastidió todo y me di cuenta que nunca lo haría otra vez. Si te cuesta trabajo decir que no, recuerda lo fuerte que eres al decir que no. Piensa en el olor horrible y el humo horroroso que va a tus pulmones. Los jóvenes que fuman quieren aparentar ser chéveres y sentirse integrados, y por eso necesitan tener a su alrededor gente que también fume. Algunos quieren vender la idea de que fumar es sexy, chévere, alocado y divertido. NO es así. Fumar es muy desagradable para mucha gente, especialmente cuando abrazas a alguien y hueles su ropa y cabello maloliente del humo de cigarrillo. ¡Tú eres el más chévere por ser tan particular!

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